Aunque mueras mil y una vez seguidas seguirás amando a este increíble y desafiante juego de plataformas en dos dimensiones. |
Correr y saltar. Éstas son las dos únicas acciones con las que contamos en Super Meat Boy, y pese a ello estamos ante una auténtica maravilla jugable, uno de esos juegos que llegan sin hacer demasiado ruido pero que dejan una profunda huella en nuestro espíritu de jugadores. ¿El por qué? Bueno, son varios los factores que convierten a esta obra en un clásico, como por ejemplo su desenfadado estilo audiovisual, muy deudor de los títulos de 8 bits; pero es su exquisita jugabilidad la que logra que nos quedemos prendados de Meat Boy y sus colegas súper heroicos desde el primer instante.
De la muerte se aprende
El villano de turno ha secuestrado a la novia de Meat Boy y es nuestro deber ir tras ella. Así, en cada uno de los niveles que componen los distintos mundos del juego tendremos que esquivar todo tipo de obstáculos y trampas hasta alcanzar a Bandage Girl, algo que no será nada sencillo, os lo podemos garantizar. Y es que una de las primeras cosas que sorprenden del juego es el elevado nivel de dificultadque presenta, si bien es cierto nunca llega hasta el extremo de tornarse enfermizo. Sí, habrá momentos en los que de verdad tengamos ganas de lanzar el mando contra la tele y golpear todo lo que se ponga en nuestro camino, pero el juego tiene algo difícil de describir que hace que lo intentemos una y otra y otra vez sin cansarnos hasta lograr superar la prueba. Y lo mejor es que al hacerlo, la satisfacción que nos embargará es tal que sólo podemos decir “¡Bravo por los desarrolladores!”
El villano de turno ha secuestrado a la novia de Meat Boy y es nuestro deber ir tras ella. Así, en cada uno de los niveles que componen los distintos mundos del juego tendremos que esquivar todo tipo de obstáculos y trampas hasta alcanzar a Bandage Girl, algo que no será nada sencillo, os lo podemos garantizar. Y es que una de las primeras cosas que sorprenden del juego es el elevado nivel de dificultadque presenta, si bien es cierto nunca llega hasta el extremo de tornarse enfermizo. Sí, habrá momentos en los que de verdad tengamos ganas de lanzar el mando contra la tele y golpear todo lo que se ponga en nuestro camino, pero el juego tiene algo difícil de describir que hace que lo intentemos una y otra y otra vez sin cansarnos hasta lograr superar la prueba. Y lo mejor es que al hacerlo, la satisfacción que nos embargará es tal que sólo podemos decir “¡Bravo por los desarrolladores!”
Y es que la brillantez en el diseño de los niveles, unido a un sistema de juego muy simple en concepto pero con muchas posibilidades, hacen de éste un juego genial, divertido, frenético y tan desafiante, que cuesta desengancharse de él una vez se ha iniciado la partida. Además, cada uno de los mundos por los que nos moveremos cuenta con las suficientes diferencias jugables –aparte de las estéticas-, como para plantearnos nuevos retos sin que todo se torne repetitivo. Así, si en el primer mundo nos veremos casi siempre rebotando entre paredes mientras esquivamos sierras fijas, posteriormente nos mediremos con trampas móviles, grandes abismos en los que la precisión a la hora de saltar resultará vital, o enemigos que nos incordiarán constantemente. Y superar todo esto, repetimos, se hace únicamente con dos botones: saltar y correr.
No Response to "Correr, saltar, reintentar y disfrutar. Un desafío jugable tan mortal como fantástico."
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